En el pequeño pantano de plata, las ranas, nacían, comían, y morían. Pues poco más, años ha que no se permitía enamorarse en el pantano de plata. Eran muchas ranas cuando se instauró la ley seca del sentimiento básico, por ello lo que antes se contaba a miles, ahora se contaba a docenas.
Las únicas habitantes del pantano de plata eran las ranas, si obviamos al viejo Dedros el búho sarcástico.
Algunas ranas envidiaban a Dedros, pues este, aun siendo sarcástico, era muy sabio, pero carecía de autocontrol y educación.
Al viejo búho le encantaba ese lugar, permanecía muchas veces en las ramas más altas de un castaño, que era más o menos de su edad. Esto lo hacía por las noches, para recitar versos a la luna, ya que allí decía que estaba su verdadero amor.
Por ello muchos le insultaban, por vivir allí y no acatar sus normas, o por lo menos las leyes.
La noche emitía sonidos, mezclas de sonidos más bien. Soplos de alimañas y viento, voces de ultratumba, de amantes muertos en ese lugar. La rana que mandaba en el pantano de plata se subió a la roca eterna, donde comenzó a hablar de forma serena e inquieta al mismo tiempo.
- Pero vamos a ver compañeras ranas… Años ha que se decidió la ley del no-enamoramiento, y desde que se sentencio… ¡Perdón! Perdón… desde que se emitió como ley hecha y derecha, no hemos ido más que hacia atrás. Cada vez quedamos menos, es que como si no quisierais mantener nuestra especia con vida, es como si quisierais acabar con nuestro recuerdo… -la rana que manda y otorga deja caer sus parpados y suspira sin aire- decid lo que queráis, no entiendo por qué no perpetráis nuestra especie, sólo porque no os podáis enamorar.
Una de las ranas que se hallaba más al fondo, empezó a responder a semejante pregunta con carencia de interrogantes.
- Creo que usted tiene toda la razón, y permítame decirle que muchas de nosotras lo hemos intentando, pero cada vez somos menos las ranas que pensamos así.
- ¿Y no podéis procrear entre las que pensáis de tal modo? –preguntó la rana jefa-.
- Es que no nos gustamos excelencia, no sentimos atracción entre las que pensamos de igual modo.
- Entonces estas pensando como la mayoría tu también, estás hablando de amor.
- No ¡Por nuestro dios saurio!… no me diga eso excelencia. No amamos, pero puestos a procrear, no existe apetencia entre las que pensamos de esta forma.
La rana al mando se seca los ojos con su rosada lengua, mientras otea una rama donde se encuentra Dedros.
- ¿Puedo bajar Tinfos? –pregunta el viejo búho-.
- Haz lo que mejor te parezca –responde su excelencia la rana-.
La noche sucedía sobre si misma, y el calor reforzaba los corazones, pero denigraba el sentimiento.
Dedros bajó en picado como una gota de lluvia, que se ve veloz por unos y lenta por otros. Cuando hubo bajado se apoyó cerca de la roca eterna, en un tronco carcomido y mohoso.
- Todo sería más sencillo si fueseis hermafroditas.
- ¿Herma… qué?
- Hermafroditas, es una forma de decir: Yo me lo guiso yo me lo como. –contesta Dedros- No os haría falta tener a una segunda rana para concebir vuestros huevecillos, hay ranas que son hermafroditas.
- Llevo años, y esto también me gustaría que lo escuchaseis los del fondo; llevo años con intención de arrojar la toalla, no compensa tanta frustración. –alega Tinfos mientras vuelve a suspirar-.
- Cuando la luna se mueva 3 ramas de olivo, espérame aquí, tenemos que hablar. –diciendo esto el búho abrió sus alas de forma suave, para seguir con un golpe de aire e impulsarse hacia el cielo de la forma más vertical y bella que se pueda narrar-.
Tinfos lanzó su última visión a todas las ranas que allí se encontraban, para terminar su dictado de esa noche, con un: - Iros y no me defraudéis.
Las ranas en aparente animadversión hacia la vida, marchan cual desfile nocturno hacia su lugar de sueño. Un mar de calma, tan enorme que quizá sea océano, halaga el clima del pantano de plata con su presencia. La sosegada luna se desplaza, a la distancia de 3 hermosas ramas de olivo.
Tinfos con prisa casi hilarante, se aproxima hacia la roca eterna mientras percibe una ráfaga de aire familiar, brotada de una sombra alada.
- Espero que no empieces con tu propaganda política –comenzó a comentar Tinfos-, y te agradecería que fueras lo más breve posible.
- Descuida Tinfos, es sólo que viendo lo bien que llevas a tu pequeña nación de croadoras, pensé que ya estabas preparado para extender tus dominios y mandar sobre otros animales, es que se te da bien….
- ¿Qué quieres decir?
- ¿No lo sabes? eso es raro, vosotras que lo comprendéis todo… -dijo Dedros-.
- Voy a ir marchando, nos vemos. –dice la excelente rana mientras gira sus patas-.
- Bueno… espera… tengo que decirte un par de cosas.
Tinfos gira otra vez sus pequeñas patas hacia el búho, mientras levanta una ceja y resopla parpadeando un par de veces.
- Termina por favor…
- Compañera verde con papada, tengo que ayudarte. Hace tiempo que sin quererlo confraternicé con algunos de tus congéneres, justamente los que no ponen empeño en ayudarte a seguir creciendo, justamente, las ranas que me escuchan.
- Hay una leyenda que me contó mi padre, y al él, su padre. Se dice que tú nunca has errado, y que es lo que más temes. Se dice que nunca has presagiado algo sin que se cumpla, y que detestarías el momento en que así fuese. Pero estimado Dedros, nosotras solucionamos nuestros problemas, no necesitamos palabras ajenas.
- Creo que no te has dado cuenta de algo muy importante, no pude evitar fijarme en que todas las…-Dedros interrumpido por multitud de pasos saca sus ojos de las orbitas para presenciar un mensaje-.
Unas cuantas ranas se apresuran a trompicones hacia Tinfos, la fila está comandada por el general.
- ¡Su excelencia! ¡Su excelencia! Arkurda…. Arkurda… ha…. –expresa el general con la voz entrecortada y cabeza agachada-.
- ¿Qué le sucede a mi hermana? –pregunta Tinfos con angustia-.
- Excelencia, Arkurda… ha… Arkurda ha muerto su excelencia.
- ¡Noo! No, no, no no no ¡No! Nooo! –La rana mandante y reinante comienza a convulsionar entre lagrimas, lamentos, y la mas absoluta desesperación-.
El general da la orden a las demás ranas que lo acompañaban, para que se llevasen a Tinfos a ver el cuerpo de Arkurda.
Mientras Dedros permanecía con el pico abierto, y la luna estaba a punto de escaparse, el general miró al búho para decirle algo.
- No te queremos aquí. Las únicas ranas que te quieren aquí son las que no aceptan tener descendencia. Espero que no tengas nada que ver con eso; porque te doy mi palabra, tienes mi promesa, y lo juro por el dios saurio, que si así fuese… no tendrías cielo a donde huir, me encargaría de ello.
El sabio búho, cerró su pico al tiempo que ponía sus ojos en la luna.
- Es hermosa… ¿verdad?
- ¿El que? ¿La luna? –pregunta el general-.
- La idea. La idea de la luna. –comienza a expresar Dedros mientras caen gotas de alma por sus ojos- La idea que tiene cada uno de nosotros de la luna. Estés donde estés, da igual donde, donde quiera que estés, la puedes ver por la noche. Cada cual tiene su idea de la luna, a algunos les hace llorar a otros reír. La luna para ciertos animales representa un macho, para otros una hembra. Para mi representa un amor que nunca he llegado a tener a causa de mi carácter.
- Porque eres un búho estúpido. –alega el general-.
- Puede ser. –responde Dedros mientras las lágrimas van cesando- Tinfos tampoco tuvo un amor, amó, pero sin ser amado. Sintió un dolor, decidió que era algo perjudicial, y que era algo que ninguna rana debería sentir jamás.
- Eso no explica en absoluto por qué no podemos seguir teniendo hijos. –manifestó la rana general de forma enérgica-.
- Pudiera ser… pero si explica porque han dejado de hablar algunas ranas. Eso era lo que quería expresarle a Tinfos, que las ranas que me escuchan, nunca hablan, y son esas mismas ranas, las que han decidido dejar de procrear.
- ¿Y eso que tiene que ver con la luna?
- Todo. No hay una moraleja, ya que en el momento que exista una, creará la necesidad de que cada cual asuma la suya. Es tan sencillo como eso, o es la nada, o es el todo. Si algo nace es el anuncio de que más cosas nacerán.
Dedros sonrió con su pico, mientras con pausa levantó su mirada y volvió a levantarse sobre al aire, como nadando otra vez en el agua del pantano, el pantano de plata.
«...se abrazaban y unían con tal ardor en su deseo de volver a la primitiva unidad...»
ResponderEliminar(Aristófanes, según Platón, en "El banquete")
Ser hermafrodita significa estar capacitado por los dos sexos y que se pueda usar indistintivamente tanto uno como otro, pero normalemnte lo que rige que se priorice uno por encima del otro, es el mismo ambiente. En el caso de las ranas... cuando fatan ranos. Ser hermafroditas no significa autoeyacularse ni hacerse el amor a uno mismo.
ResponderEliminarNo conocía esa faceta tuya de contacuentos. Qué bonito descubrimiento.
ResponderEliminarNo poder amar? que triste es no poder amar, aunque duela amigo mio, es preferible el dolor por amar a no sentir nada, al menos el dolor me hace saber que siento y estoy vivo.
ResponderEliminarUn abrazo
Historia fascinante de ranas y búhos...
ResponderEliminarTambién para mi ha sido un descubrimiento buenísimo.
Soberbiamente redactada, ¡chapeau!...
Un besazo.
Original historia. Aparte de la parte hermafrodita, me quedo con esta dando vueltas en mi mente, porque a mí ese todo y esa nada que de la nada se saca el todo. A veces me siento la nada y por eso a veces me salen letras por los dedos, creo que es por eso. Beuno que sin más preámbulo esta es la parte con la que me quedo: "Todo. No hay una moraleja, ya que en el momento que exista una, creará la necesidad de que cada cual asuma la suya. Es tan sencillo como eso, o es la nada, o es el todo. Si algo nace es el anuncio de que más cosas nacerán."
ResponderEliminarY como ya me predí y no sé por donde voy, para terminar, me voy yéndome de verdad. Hasta que vuelva, claro.
Un abrazo.
Andri
Muy buena historia de ranas y búhos; que triste
ResponderEliminarvivir sin amor....
Saludos.
Hay dos cosas que mueven el mundo, el DINERO Y EL AMOR, si no pudiésemos amar que triste existencia la nuestra...b7s
ResponderEliminarXindasvinto: Le obligaré a montar un club de lectura, tiene usted buen gusto. Me encantan las frases que aqui deposita compañero, un abrazo y a sus pies.
ResponderEliminarAnonimo: Aunque es raro, hay especies hermafroditas que se pueden fecundar a si mismas. Un saludo.
Aina: Gracias Aina, yo empece escribiendo relatos. Un abrazo y gracias por comentar.
Jared: Todo tiene un lado amargo y uno dulce. hasta dejar de amar, pero dejar de amar no es dejar de sentir, hay mas sentimientos. un abrazo.
Towanda: Muy amable Towanda. Tengo obsesion por los buhos lo reconozco. Un abrazo.
Andri Alba: En el momento de que exista una forma de pensar, cada cual adoptara la suya. Un abrazo Andri, gracias por tus palabras.
Isabel Alvarez: Es triste, pero si hay personas que no pueden vivir sin el, hay personas que no pueden vivir con el. Todo tiene su opuesto. Un abrazo.
Balovega: Reir y llorar no tiene por que estar reñido. un saludo y gracias por comentar.
Thunderbird: Y si no pudieramos comprar tambien... Un abrazo thunderbird, gracias por comentar.
Puede que se hayan negado a procrear por miedo a enamorarse mientras lo hacen. Prefieren no arriesgar demasiado, supongo.
ResponderEliminarCurioso y hermoso relato.
ResponderEliminarQué tristes y sabias las lágrimas de Dedros.
Es impresionante la de cosas que existen en este relato, la explicación de la LUNA, me parece lo más, siempre es la luna, sólo depende del que la mire, y lo de la ley seca de sentimientos....ni te cuento...
ResponderEliminarUn saludo.
Kiny,
Interesante y muy bien construído relato, se disfruta e invita a la reflexión, sin dudas ingredientes que conforman un relato logrado. Me quedo nadando en el pantano de plata ¡Felicidades! Un abrazo desde Canarias.
ResponderEliminarque buen relato, me encanta la sabiduria de dedros y la idea que tiene de la luna.
ResponderEliminarque lamentable para las ranas no poder amar.
Ainhoa: O que tengan el empeño de quitar algo, ya que les han quitado algo. Un abrazo compañera.
ResponderEliminarDelio: Gracias por tu comentario compañero, un abrazo.
Kiny: La luna siempre será la luna. Pero cada cual la ve a su manera. un saludo.
Andrés: ilusionado me dejas con tus palabras. Otro abrazo desde Galicia.
F Nicols: dedros es magico, no es lo primero que escribo sobre el. un saludo.
Aquí valdría la pena preguntarle su opinión al viejo Darwin. Parece otro caso de esos que niegan adaptarse y prefieren sentenciarse a desaparecer. Muy interesante historia y particularmente me encantaron los primeros párrafos, en los que describes magistralmente la situación. :)
ResponderEliminarAmigo, me has impresionado de veras, has escrito una pequeña obra maestra, no es un falso halago, te doy mi palabra, es simplemente que me ha encantado.
ResponderEliminarEstás muy lejos del estilo de Ésopo, tu obra tiene más fuerza, me ha traído sabores de la maravillosa novela “el viento en los sauces”, he sentido el mismo estremecimiento que cuando la leí por primera vez.
Ya luego en el estilo es imposible obviar la brillantez de cualquiera de los cuentos más bellos de Tagore, pero todo ello en tu inequívoco estilo, ha sido una experiencia genial, eres un escritor admirable querido amigo.
Juan Carlos Partidas: Los humanos somos los unicos con consciencia (que sepamos). Es normal que entre tanta variedad, exista quien no quiere adaptarse, ni a la vida. Gracias por tus palabras compañero, un saludo.
ResponderEliminarFlamingo: Me es imposible decirte nada, despues de tan hermosas palabras. Solo que gracias y gracias otra vez. Un abrazo.
Muy pero que muy interesante y bien hilada esta historia, me eja rumiando ideas.
ResponderEliminarUn beso
40añera: Gracias compañera. Un abrazo.
ResponderEliminarMe dejaste impresionado compañero, qué forma de narrar.
ResponderEliminarPienso que sin capacidad de amar la capacidad de procreación está de más. para vivir en contínua frialdad mejor no vivir, o, por lo menos, no pasarle esa herencia a tus descendientes.
Saludos.
¡Exacto! a eso voy. Gracias compañero, un abrazo.
ResponderEliminarBuenos relatos, la prohibición del amor, un concepto estremecedor solo de pensarlo. te sigo y te invito a seguirme.
ResponderEliminarhttp://bartwritesit.blogspot.com/
Aunque por ahora, lo que es su novela la pospongo, que ando ocupado, quedan pendientes algunos relatos y los nuevos que vayas colgando.
Saludos.
Cuando usted guste. Gracias por su visita. Un saludo.
ResponderEliminarMe ha encantado tu relato.
ResponderEliminarQuisiera saber como ha surgido el amor, la humanidad ha ido cambiando gracias a su inteligencia y su conciencia y ha adoptado nuevas costumbres, yendo en contra de la genética y del instinto puramente natural de procrear... en que punto habrá surgido ese sentimiento, en que punto habrán surgido todos los sentimientos. Estudiar fósiles y huellas te puede ayudar a deducir muchas cosas, pero creo q jamás podremos descubrir en que punto de la historia humana nació el amor.
Saludos.
p.s. He visto que has llegado al final de tu libro, felicidades, todavía no he podido continuar con mi lectura, pero voy a seguir poco a poco. Es un placer leerte. Un abrazo.
Muchas gracias Carlobito, ni idea de como ha surgido el amor. Creo que simplemente apareció. Un abrazo.
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