Domingo
Me gustaría saber que día es. Pero al calendario no le faltan hojas, diría que le sobran.
He preparado una ensalada, y un filete de hígado a la plancha. Me ha dado por echarle 4 gotas de limón a la lechuga, y tiene un punto extraño, pero consigo disfrutarla medianamente.
El móvil suena… no sé si debería cogerlo o no. Pero lo cojo. Es por lo del blog. Que nadie puede ver el futuro… se me dice que nadie puede ver el futuro.
Pero el futuro es pura rotación. Nostradamus sabía lo de los llameantes y las gemelas.
Hace muchos años, cuando era adolescente, la matriz de la matriz llamó a una clarividente. Bueno, a una tarotista.
Preocupada por mi, le preguntó, a que podía ser debido, ese ánimo inapetente.
La información que tenía la tarotista de mí era escueta, pero mostraba mucho más de lo que se ve a simple vista.
Géminis de 22 años.
“Adivinó” que yo estaba mal por una chica, por una chica morena. Uh… que difícil. De un dragón de komodo color turquesa era difícil que lo estuviera, y no quiero decir que no sean bonitos los dragones de komodo.
Más llamadas, se me ha malinterpretado, creo que algunas personas se lo han tomado como algo personal. Como una falta de respeto, al no contestar, pero ¿Cómo va a contestar algo que no existe? ¿Cómo va a responder una palabra de 4 letras?
Que el día corra lo más que pueda, y que los siguientes lo hagan aún más rápido.
Lunes
Voy a la clínica, pero no a donar.
- Bueno, pues tú dirás.
- No voy a donar más, y quería que se destruyesen las anteriores donaciones. –comentó mientras la persona que escucha se reforma a reflexiva.
- Bueno, como quieras. Ya te habíamos informado de todas maneras, que si por cualquier motivo desearas dejarlo, es lógico destruir las muestras.
- He traído la misma cantidad de dinero que me han dado.
- Si, pero nosotros no lo podemos aceptar. Ese dinero no se te ha pagado. En España no esta permitido que alguien pague las donaciones, ese dinero era en concepto de molestias, en concepto de transporte.
- Una persona desinteresada, un filántropo, puede realizar una donación a su clínica ¿No?
Un niño mínimamente parecido a mi, en cualquier aspecto… eso, eso si que seria la mayor aberración de la historia. Tanto para él, como para todas y cada una de las personas que le conocerán.
Paso por la tienda, donde anteriormente me había realizado el tatuaje, para que me pongan la dilatación. En realidad no es una dilatación, se le dice dilatación porque, vale si, es de 3,2. Pero en el fondo es un pendiente de una bala.
Los tatuajes bien, pero las sombras de las espirales necesitan de un retoque. Por lo cual dentro de una semana tengo hora para venir aquí.
Desvaríos:
Efectuado el sonido ensordecedor, poco más que mostrar de esta inquietante, sórdida, e innecesaria estampa.
Pequeñas gotas, no demasiado liquidas, del pequeño jugo vital, van depositándose de forma continua, mediante impactos, sobre el suelo de baldosas grises.
- ¿Qué coño haces?
Del río que emana del cráneo, se condensa el humo en aparente aire liquido. Creando pequeños afluentes, que bajan por el cuello, por el hombro, por el brazo…
Como venas visibles el afluente corre por los dedos, va desgastando las falanges, camina por la corredera, para terminar jugando en el cañón. De ahí las pequeñas gotas.
- Esto no tiene ni puta gracia.
El corazón deja de latir, pero sin magia el pecho se mueve, el corazón no late, pero los pulmones no quieren hacer caso y siguen llenándose. Se niega, se niega y pregunta por qué no es capaz, no es capaz de verse como es.
- Dime que estás soñando por favor.
La plata y el cristal le muestran al otro sujeto que se halla en si mismo. Aparece delante, su misma imagen, pero esta no tiene la cabeza destapada.
Se ríe, sin llegar a ser carcajadas, se ríe. No tiene ríos en el cráneo, ni afluentes en el cuello, pero si que caen lágrimas de su rostro violado por lágrimas atrás.
- ¡Para! ¡Para joder!
Con un movimiento casi compulsivo mira hacia su derecha, donde se ubica la habitación.
La habitación que ha sido su hogar, donde tantas manos han seducido sus sábanas, donde tantos dientes han sido mostrados para acallar su depresión, donde tantas voces emitidas por auriculares; altavoces, y el móvil, han conseguido colarse.
- No en serio, tiene solución. Danos tiempo… no vuelvas al principio… ¡Mierda! Puto cabrón… ¡Joder! Así no consigues una mierda. ¡Coño!
Balbucea cual niño sin madre, sin padre, sin amigos, sin oídos amenos, sin labios ajenos, en definitiva, sin gente, sin nadie. Sin gente no hay vida. Sin trabajo, sin ocio, sin fortuna, sin desidia, sin amor, sin rencor, sin nada… no hay vida.
Estallan los iris, y luchan con las pupilas para saber quien es más fuerte. Nunca se había sentido menos desenganchado de nada, mas sigue hablando con alguien.
- Si que existo puto cabrón rencoroso; el que sueña soy yo, el que escribe soy yo, el que dicta soy yo. ¡Eres tu el que deberías estar aquí hijo de puta! ¡Mierdas! Eres un puto mierdas... eres un quiste... ¡Hijo de la gran puta!
Todo se reduce a eso, al yo. Se reduce al yo, y la unión del yo con el vacío, con el todo y con la nada. Ha dejado de ser, ha dejado de estar. Todo se reduce a creer, el poder de la mente, el poder del demente, el poder de ser consecuente; a tus propios actos, a tus propios pensamientos. Todo se reduce a que la historia se repite, todo se recude a que lo que han sido 4 meses son 3 años. Se reduce al tiempo. Todo se reduce al lugar, al emplazamiento donde creamos nuestra distorsión de la vida. Se reduce al espacio.
- Por favor, dame otra oportunidad. Por favor, déjame cambiar... –entre sollozos y lágrimas amargas, saladas, color rojo transparente.
Hay finales pero no EL FIN.
ResponderEliminarP.D: como curiosidad, yo también soy géminis (el mayor número de escritores se dan en este signo, lei hace poco).
Un enorme abrazo!!!!!!!!
Creo que incluso el comienzco y el final de las cosas tienen su punto de vista. Un abrazo hermano géminis.
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