miércoles, 27 de octubre de 2010

Capítulo 11 - Yo

Desvaríos:

De niño, un buen día, me estalló el petardo de la realidad en la cara. Entonces comencé a entender cosas que antes no podía.

Veo como se denigran personas, veo maltrato físico y psicológico, se mortifican actos por rabia y locura. Mis lamentos han pasado la fecha de caducidad.

Me encuentro cubierto de hormigas rojas, noto pequeños pinchazos en los brazos y en las piernas, mientras me azotan con cables y se ríen, siento surcos de saliva caer por mis mejillas mientras lloro, los dos fluidos se unen al mismo tiempo que las risas se tornan malignas.

Mi autor me ofreció 1 tarde y 2 encuentros casi furtivos de 5 minutos de duración cada uno.

Después de una trastada, soy arrojado desnudo, a las frías cataratas de una ducha oxidada, atizado por un palo de escoba que al 6º impacto se rompe, por eso luego soy golpeado con una zapatilla a cuadros grises y marrones, después de lo anterior es casi un alivio.

La matriz ha sufrido, y ve en mí el camino al sosiego. Descarga en mí toda la ira, al menos valgo para algo, es mejor así, es mejor tener un fin a que te deseen ser enterrado de recién nacido.

Íbamos a tener una excursión en clase, al parque nacional de Doñana, eran necesarios un número de alumnos para realizarla, yo tuve que decir que no podía por falta de dinero. Me acuerdo de 6 chavales que me esperaron en los lavabos, recuerdo los puñetazos y patadas, y la sutileza de ellos, no sangré en ningún momento.

Recuerdo un toxicómano rompiendo puertas de cristal, arrancando cajones en busca de dinero.

Rememoro el momento de llegar de la escuela, y ver un brochazo de sangre en el cemento. La cólera de alguien equivocado, golpeando un cráneo, un cerebro salvado a escasos 3 milímetros.

Lo que no consiguió el hacha lo consiguió el cáncer después de un par de años.

Soy forzado a realizar trabajos, que por mi escoliosis no debería ni pensar hacer. Soy observado con desprecio por no poder mover ninguna de mis extremidades por culpa del dolor. Es como si alguien te martillease la columna con un cincel.

Una noche ahogándome en un sillón, el oxigeno no entraba en mis pulmones, la mayor crisis asmática que había tenido, nadie me llevo al hospital, ni me dejo dinero para el taxi. En dos ocasiones procure tumbarme en cama y dormir, pero de esa forma notaba mas presión en el pecho si cabe.

No quiero que nadie me pregunte nada, solo deseo ser escuchado. Abro mi cabeza y arranco las partes que me hacen pensar antes de escribir. Y ahora me pregunto: ¿Qué coño se espera de mí?

¿Cómo debo actuar? ¿Debo rendir cuentas a alguien? ¿Tengo que ofrecer más de lo que me ofrecen? ¿Tengo que regalar letras, silabas, palabras o comentarios vacíos solo para agradar? ¿Por qué lo mas fuerte que se me ocurre es “me cago en dios” si ni soy creyente?

¿Qué cojones esperáis de mí? ¿Debo ser un puto perturbado de mierda? Seguramente tengo que convertirme en un jodido psicópata, torturar a inocentes porque me sale de los putos huevos, quizás así merme un poco el dolor que siento. Quizás sea mejor ser un inmaduro rencoroso, no conseguir olvidar a los que me han machacado, a los que han omitido para sentirse mejor ellos. Si todos tenemos un destino a mi me ha sido impuesto uno rescatado de la papelera de dios. ¿Qué me joda? ¿El mundo me dice que me joda? ¡Jodete tu mundo repugnante! ¡Que te den por el puto culo! Quejaos de vivir en 20 metros cuadrados, por eso vais con cara de asco al trabajo, otros con pulmonías o neumonías por la lluvia al no tener techo. ¡Quejaos de comer siempre lo mismo! ¡Quejaos de la seguridad social! Otros morirán por enfermedades que aquí son irrisorias, miraran hacia abajo para observar platos con una pequeña quimera en medio. En cuanto nos planteemos que una vida vale menos que otra, estaremos perdidos.

Creo que ya lo estamos, hemos inventado el noble arte de la lucha, hemos inventado el negocio de la guerra. ¿Qué le jodan al planeta? ¡No! Que me joda yo. Podría llenar cientos de libros con razones francas para convencer de que el mundo es maravilloso, pero la muerte de un inocente quemaría todas las páginas.

Capítulo 11

En cama:

Me acuesto y comienzo a soñar… veo un informativo que habla sobre un nuevo nacimiento. No entiendo que tiene de extraordinario eso. Bruscamente despierto y me siento en la cama, veo hacia la puerta, que extrañamente esta abierta, y veo a 3 figuras, una enfermera manchada de sangre sosteniendo a un pequeño bebe en su brazo izquierdo, realizando movimientos suaves con este, para que el pequeño no llore. El otro brazo lo lleva colgando por que le esta dando la mano a alguien, un crió de unos 8 años completamente desnudo, cubierto completamente de rojo, tiene dos minúsculos cuernos en la frente, y un rabo que termina en una especia de as de picas. En el momento en el que parpadeo, esas 3 figuras desaparecen, enciendo el ordenador y comienzo a escribir estas líneas.

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5 comentarios:

  1. Desgraciadamente, no sé hasta cuando se remonta, tenemos el mal vicio de tratar a los niños como deficientes mentales: llenamos su existencia de un paraíso de algodón, los evadimos de la realidad, ¿para qué? Pues para que se den de una ostia contra la verdadera realidad cuando maduren, que necesiten consumir fantasías de pseudo libertad y así mantenerlos controlados, adormilados soñando en una época "mejor".
    No pienso en tópicos, ya te los sabrás todos. Por eso mismo, si te sabes lo que todos sufrimos y decimos para engañarnos a nosotros mismos de que existe la esperanza... ¿Por qué no te cuestionas como reírte de esa realidad? A veces la perversión es una herramienta para ser más inteligente que la propia vida.
    Tu hermanita.

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  2. No creo que sea cuestion de reirse de las vivencias de uno, aunque sean unas vivencias pobres, deficientes o perfidas, quizas se sienta un poco de sosiego al principio, creo que es mas un camino de aprendizaje, las cosas se aprenden de una manera u otra.
    tu hermanito ;)

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  3. Pero yo aprendo riéndome de ella, una que es muy orgullosa xD

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  4. si, pero la gente que se rie asi porque si...me da muchisima desconfianza.
    Siempre tenemos un motivo para sentirnos un poquito mas miserables, y tambien hay dias que por un ratito uno se siente feliz con uno mismo.

    no se.

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  5. El clima, nos influye mucho más de lo que pensamos, el clima, la luna según he oído. Todo nos influye.

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