miércoles, 10 de noviembre de 2010

Capítulo 19 - Brote

Desvaríos:

No sé si no me gustan los demás, por como son, o por lo que hacen. Sea como fuere, es imposible cambiarles. Para poder ver a la gente que me rodea de otra forma distinta, creo que debo cambiarme a mí.

Tras 3 días, el resultado es bastante esperanzador.

He sentido pesar en algún momento, pero nunca sentí que debía dejar de cambiar. Pero necesitaba un “algo” que me motivara, esto requería una permuta apropiada.

Lo he conseguido. Lo más difícil ya está, me toparé con escollos en el camino, pero de esta forma me sentiré más satisfecho al llegar al final.

Probablemente sean todo visiones abstractas de lo real. Alguien se preguntará ¿Y como me veo yo?

Después de lo leído, se podría pensar que ahora yo me definiría así:

Soy una mierda, nadie me quiere, no tengo ninguna virtud, y bla bla bla, y más bla.

¡Pues no! soy la persona más anormalmente normal del mundo, o al menos así es como me veo yo. Con enorme cantidad de defectos y virtudes. No creo que físicamente llame la atención, ni por mis atributos positivos, ni por los negativos.

Lo que más me gustaría cambiar sobre mi persona, sería la forma de pensar y razonar. Daría todo para que mi cabeza aminorara la marcha, o que al menos no pegara esos acelerones que me hacen machacarme.

En cuanto a los desvaríos, alteraciones de ánimo y visiones, lo bueno es que mi razonamiento es cognitivo. Puedo imaginar cuando algo es irreal, y puedo saber cuando las pautas que tomo son ilógicas o cuando mis pensamientos son enfermizos. Muchas veces dudo, pero acabo sabiendo cual es la solución.

Recuerdo una charla con la psiquiatra.

Le comenté que la noche anterior, había tenido una alucinación. Observé el monigote de un anuncio de galletas al lado de mi cama, posando firme y mirándome. Ella se echó a reír, ya que después de explicarle el anuncio, lo reconoció. Me dijo que era bueno que supiera distinguir lo real de lo irreal, que lo malo sería, que en lugar de haberle dicho, he tenido una alucinación con este personaje, le hubiera comentado que le ví sin más.

“Pedes in Terra Ad Sidera Visus” que viene a ser: “Pies en la tierra, mirada al infinito”.

Capítulo 19º

Domingo:

Las palabras no fueron malintencionadas, pero hay muchas formas de usar la franqueza. Igual lo exageré demasiado, si no yo, mis oídos.

El resultado: acabe temblando sentado delante de mi ordenador, apoyando mis manos en mi cráneo, y apretando los dedos con fuerza contra este. Cada vez más y más hasta que cerré el puño y comencé a golpear.

Ideas brutalmente absurdas, ideas estúpidas e irreverentes conmigo mismo, comenzaron a rondarme la cabeza, después de un par de lagrimones conseguí calmarme. Ya había pasado por eso antes, y aunque cuesta enormemente controlarse, tengo que hacerlo. Estoy lo suficientemente demente controlando impulsos, ni me quiero imaginar lo que pasaría si me dejo llevar.

Me acuerdo del anterior brote psicótico. Normalmente no consigo asociarlo, por que lo suelo rozar de vez en cuando, y a veces se parece mucho a alteraciones que suelo tener. Pero hay una diferencia, el lenguaje desorganizado.

Me expreso a trompicones, formo frases ininteligibles. Mi lengua baila como un cocainómano en un “after”.

Salí de casa corriendo como un poseído, no sabia hacia donde ir. Puse rumbo a un monte cercano, yo corría y corría cada vez más rápido, por la falta de costumbre lo normal hubiera sido que me cansara, o que fuera reduciendo la velocidad, pero no fue así.

Apartado de todo lo demás, comencé a tener espasmos, pero me obligué de tal modo a relajarme que termine con las extremidades agarrotadas y totalmente firmes, todo acabo con una especie de síncope. Después de 1 hora volví a casa.

Ni si quiera recuerdo en lo que pienso para conseguir paliar un brote, supongo que será por la parte cognitiva de la que dispongo, lo que consigue dar un resultado. Pero es preferible eso.

Si no consiguiera hacerlo, comenzaría lo absurdo, el delirio.

Cuando te importa todo nada. Cuando nada importa. Cuando todo sobra, y cuando la nada significa la calma y dejar de pensar. La salvación.

Es cuando 4 tíos sudorosos, con poca higiene, sobre todo, y no se porque, en su zona axilar, comienzan a agarrarte para que no te muevas.

Te inflan a neurolépticos incisivos para ver si explotas, menuda cura de mierda. ¿Es que acaso es seguro al 100% de que mi problema sea por el exceso de alguna sustancia en mi organismo? ¿Seguro?

¡Ui! ¡Si mira! tengo los receptores hechos trizas, además segrego demasiada dopamina. Putos gilipollas.

Y después los neurolépticos sedativos, con mis queridos ansiolíticos, llamadles sedantes, yo les llamare idiotizadores.

Diazepam, como no, más mítico que las papas bravas, pero también tenemos a mi buen amigo el Sinogan, este no te calma, este te transporta a “El mundo de Oz”.

De enajenado a zombie, es un gran paso que todo perturbado debe dar.

Siguiente Capítulo

2 comentarios:

  1. Qué gran poder ejercen las drogas....otro día, si te apetece, pruebo a darte un GRAN abrazo lleno de cariño...

    ResponderEliminar
  2. El cariño crea una adiccion, se podria considerar droga tal vez. Un abrazo Sincopada.

    ResponderEliminar

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.