Desvaríos:
Os hablare de Cristian.
Cristian es un conocido mío desde hace algunos años ya. Hace meses que no le veo. Es una persona con bastantes defectos en su forma de ser, pero el no lo ve como defectos, sino como virtudes, explica el porqué de su forma de pensar, y casi llegas a darle la razón.
Es una persona bastante franca, que no sincera, es prepotente, a veces pedante, chulo e irreverente, todo esto lo reconoce, y simplifica el porqué, alegando que así es como más feliz se siente, además en el fondo, sea un escudo o no, el caso es que ayuda a sociabilizar tener esta actitud.
A mi modo de ver las cosas, tendrá un montón de defectos, pero al menos no es un hipócrita, que es un adjetivo que cada día soporto menos.
La hipocresía en ocasiones, se comete sin querer, pero otros se zambullen en ella por completo.
Cansado estoy de gente que se define como no es, cansado de escuchar “yo no hago esto nunca”, y ver como en realidad lo hacen a diario.
Yo si sé que no soy sincero, no me atribuyo esa característica, me callo y punto, sin embargo mucha gente se pone medallas de virtudes, que por sus actos no deberían de llevar.
Eduard Punset ha explicado en múltiples ocasiones, que en comparación con otras facetas del ser humano, el lenguaje, la comunicación verbal, es de las cosas que menos han evolucionado.
Dice que al comunicarnos, además de palabras, tenemos que echar mano de; gestos, entonación, pausas, muecas, es decir, comunicación no-verbal.
Una persona puede estar hablando, dando a entender una cosa, contradecirse con su lenguaje no-verbal, y que por sus actos, sea algo totalmente distinto a estas dos.
“Res non verba”, dicho de otra manera: cosas (o hechos) no palabras.
Cuando consigo mantener una relación más o menos cordial con una persona, no sé porque, pero a lo que menos importancia le doy es a las palabras, además de las pequeñas anotaciones debajo de las dianas que pongo sobre sus caras, puedo ver un cuadro llamado “Anotaciones anteriores”, gracias a ello, puedo crear una especie de historial para no llegar a defraudarme con nadie. Aunque esto no evita que me exacerbe por la hipocresía de la gente.
Quizás todos tenemos nuestro punto de hipocresía, pero no estaría demás procurar no hablar demasiado, para evitar, al menos, no comernos nuestras propias palabras.
No por mantenerse en silencio se logra tener menos oportunidades de mentir.
Capítulo 15º
Mañana:
He escrito “la lápida y el majadero”, una idea que llevaba años rondándome, pero nunca llegue a ponerme en serio para empezarlo. Ha sido realmente entretenido, y una vez más, después de escribir, he sentido la liberación.
Tarde:
Veo que el camino que tenia pensado recorrer este día, esta ahora lleno de fango, recuerdo que el día anterior había visto el canal del tiempo, para estar seguro de que hoy podría caminar, y decía que hoy haría un sol espléndido.
Me resultó curioso ver semejante estampa, sin embargo me han dicho que estaba confundido, y que el canal del tiempo no había dicho nada de “un sol espléndido”.
Sin embargo lo recuerdo tan bien, que es como la imagen de un “Déjà vu” estampada en la frente, no sé porque debo ser engañado, pero es que tampoco espero lo contrario.
Noche:
Tumbado en cama, esperando conciliar el sueño, de repente abro mis ojos, y empiezo a notar como me elevo sobre mi, giro mi cuerpo, y me veo a mi mismo mirándome con los ojos como platos.
Sé que la ventana estaba un poco entreabierta, pero no tenia ganas de salir flotando por ella, por si algún golpe de viento me empujase lejos de mi calle, así que me quedé en mi cuarto.
Floté de un lado a otro, subía lo más alto que podía, y después bajaba en picado hasta el suelo, y cuando estaba a punto de rozarlo, elevaba el vuelo otra vez. La diversión duro como 5 minutos. Volví a mí sin recitar ningún mantram.
No era mi primer desdoblamiento astral, pero cada día que pasa distingo menos la realidad de la ficción.
Adoro el silencio.
ResponderEliminarPero no por eso, como bien dices, dejo de mentir.
:P
Mentir es un derecho, pero jode oir mentiras.
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